Miel con limón. Es el truco de las abuelas por excelencia. La miel y el limón contribuyen a calmar la garganta. Te lo puedes tomar en ayunas o después de una comida.
Zumo de naranja. La vitamina C es una de las mejores para luchar contra los resfriados que vienen como consecuencia de los hinchazones de garganta.
Té de menta. La menta también contribuye a abrir las vías respiratorias y a que te sientas menos congestionado. Si a ello le sumas que con la miel te vas a sentir mejor este es un buen truco.
Alimentos calientes. Son el remedio más rápido y fácil. Aunque sea verano un café bien caliente o una sopa (depende si te lo tomas para desayunar o para cenar).
Gárgaras con agua salada. Muchos naturistas afirman que les funciona. Echa una cucharada de sal en el agua y haz gárgaras. Puedes probar a hacerlo por la mañana y por la noche hasta que notes los primeros resultados.
Cuando ir al médico
Un dolor de garganta no es, a priori, una razón para ir a un médico o utilizar un servicio de urgencias de un hospital. Sólo debes ir al médico si te encuentras excesivamente mal o si te ha subido la fiebre, eso sería una señal de que hay una infección.
Recuerda que tampoco conviene abusar de los medicamentos. Cuantas más pastillas utilices menos efecto te van a hacer cuando lo necesites de verdad. Además es importante que evites las bebidas frías. Puede empeorar tu estado de salud.
Fuente: Ine.es